Al ser este mi primer post, dudo que ustedes sepan sobre mi obsesión con las uñas, bueno, les cuento. Cuando tenia más o menos 12, me propuse tener una colección de lo que fuera, para que cuando alguien me preguntara yo diría: ¡Sí! yo colecciono ________, pero nunca me han gustado las monedas, los botones o las típicas cosas que colecciona la gente.
Cada vez que acompañaba a mi mamá al centro llegaba a mi casa con un esmalte de uñas nuevo, y ahí fue cuando se alumbró la ampolleta.. esmaltes de uñas serían. Desde entonces descubrí que podía mezclar mi intento de dibujante y mi amor por los esmaltes.. resultaron mejor de lo que quizás yo esperaba y así comenzó la obsesión, con el tiempo todo lo que veía, en mi cabeza se transformaba en una idea para plasmar en mis uñas. Internet, revistas, tiendas lo que sea eran mi fuente de inspiración y para que hablar de las festividades como navidad, pascua, halloween o año nuevo, ocasiones perfectas para dejar llevar mi imaginación.

Con el tiempo los esmaltes se secan, se quiebran, se pierden o des(aparecen) mágicamente entre los esmaltes de tu hermana menor, aun así mi colección contiene unos 100 de estos pequeños frasquitos.

Mi obsesión es tan grande, que una semana es lo máximo que mis uñas soportan llevar un color. No es que me muera si no lo cambio pero ya es como costumbre y por lo que me han dicho, mis uñas son una de las cosas que me hacen ser Vicky.

Más que pintarme las uñas por hacerlo es que así como todos encontramos esa tranquilidad haciendo algo yo lo encuentro entre medio de los esmaltes, si estoy inspirada y determinada a querer lograr algún diseño y que quede bien me puede tomar por lo menos unas 3 horas por mano, si es una pintada cualquiera menos de 20 minutos.

Para terminar este post dedicado a mi obsesión por mis uñas les dejo algunas fotos de mis preciadas creaciones.